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El masaje terapéutico: ¿por qué debemos tenerlo en cuenta?

Artículo elaborado en colaboración con la revista enfemenino y Javier Linde, director de Recoverpro y del servicio de BonaSalut en el Club Esportiu Bonasport. Lee aquí el artículo original.
Foto: Designed by Freepik

Te contamos en qué consiste el masaje terapéutico y cómo puede ayudarte para aliviar determinadas dolencias.

El ritmo frenético al que nos vemos sometidos diariamente, nos genera alteraciones del bienestar debidas, principalmente, al estrés del trabajo. Esto puede provocar, entre otros problemas, tensiones a nivel muscular que pueden afectar nuestro estado de salud. Normalmente la región corporal que más se ve afectada por el estrés es la espalda, a nivel dorsal y cervical, y se suele manifestar con contracturas musculares y/o espasmos, que pueden producir molestias musculares locales, malestar general, incomodidad e incluso migrañas en los peores casos. Este tipo de molestias pueden dificultar seriamente llevar un ritmo de actividad diaria con normalidad y se debe actuar en cuanto aparecen las molestias.

Una de las terapias más aplicadas para tratar este tipo de dolencias es el masaje de descarga muscularo el masaje terapéutico, que es una terapia aplicada desde la antigüedad, donde culturas como la china, la griega, la romana, la egipcia y la americana ya la utilizaban siglos A.C. Este tratamiento para las sobrecargas o problemáticas a nivel muscular es de ámbito general y puede ayudar a mejorar la sensación de bienestar a cualquier persona que esté sometida a un estrés anímico, estrés laboral, fatiga debida a mala postura, compensaciones por un accidente o una lesión, una enfermedad… y por supuesto también afectan al público que realiza actividad deportiva de forma regular.

En el mundo del deporte, el masaje se ha convertido en una terapia aplicada con el fin de ayudar a la musculatura a recuperarse del entrenamiento, a mejorar el tono y el trofismo muscular, a eliminar substancias de desecho producidas por el entrenamiento… Este tratamiento ayuda a aliviar todas estas molestias musculares, la fatiga y a relajar los músculos, recuperándolos de las cargas que alteran su estado basal y así prevenir las lesiones. Para el público no deportista, el masaje es una técnica fundamental para tratar las consecuencias del día a día y los efectos que se manifiestan en nuestro organismo. Es la terapia ideal para poder reducir tensiones y mejorar la clínica, logrando una sensación de placer desde el mismo momento en que se inicia la terapia.

Debemos diferenciar el masaje de tipo terapéutico – que se aplica cuando existe un problema o dolencia en nuestra musculatura, como puede ser una contractura de las cervicales que produzca dolor de cabeza -, del relajante – el masaje de placer que disfrutamos sin la existencia de algún tipo de problema a nivel muscular – y del deportivo – reservado al entorno concreto del público deportista, más agresivo y menos placentero.

¿Cómo se diferencia en la técnica?
El masaje terapéutico, o descontracturante, tiene por objetivo disminuir el tono muscular o trabajar sobre el tejido muscular que está contracturado. Se inicia con maniobras relativamente suaves para preparar la piel y que incremente un poco la temperatura para poder llegar en profundidad más tarde a la musculatura más afectada. No es un masaje de placer meramente dicho, sino que a veces es todo lo contrario ya que provocamos irritación por el hecho de llegar en profundidad y “hincar” los dedos en el músculo provocando la relajación de la musculatura.

Además, por un lado, tenemos el masaje muscular de tipo relajante, que es usado para trabajar de forma sensorial la piel y la musculatura más superficial, sin llevar a cabo maniobras profundas ni agresivas, con el principal objetivo de lograr un efecto de sedación y relajación en el paciente. Maniobras lentas, con una gran superficie de contacto de las manos del terapeuta con el paciente, amasamientos musculares, entorno físico con poca luz e incluso con hilo musical relajante son característicos de esta aplicación del masaje que no va asociada a la terapia en ninguno de los casos.

Por otro lado, también está el masaje de tipo deportivo o de calentamiento, que tiene un objetivo claro que es preparar el tejido muscular antes de realizar una actividad deportiva. Se caracteriza por movimientos muy rápidos y ligeramente profundos, a modo de fricciones y amasamientos intensos, que suelen ir acompañados de enrojecimiento de la piel. Es un masaje de duración mucho más corta que el masaje relajante o el terapéutico, pero debe ser intenso.

El masaje terapéutico se empieza con pases con las palmas de las manos, haciendo fricciones y amasamientos superficiales, para después pasar a compresiones más profundas con nudillos, palmas de las manos, puños y/o codos. Finalmente se realizan presiones, fricciones y amasamientos profundos. La duración del masaje dependerá siempre de cómo esté el tono muscular, pero por norma general hacer un masaje de piernas o de espalda conlleva entre 45-60 minutos.

Nuestro consejo es no esperar a sufrir molestias y/o fatiga muscular para someternos a un masaje terapéutico. Es recomendable realizarlos de una forma regular, a modo preventivo, una o dos veces a la semana, dependiendo de nuestra actividad física y al estrés al que estemos sometidos diariamente.