La meditación es una disciplina en boga que amanaza con desbancar al yoga. Analizamos todo lo que esta técnica milenaria puede hacer por ti.
Con un ritmo de vida cada vez más acelerado el mindfulness se presenta como la panacea capaz de devolvernos el equilibrio y la serenidad y recuperar la energía perdida. Pero ¿qué significa en realidad? «Es la traducción inglesa del término sánscrito Sati, pero en castellano no tenemos una palabra equivalente. Lo más aproximado son expresiones como conciencia o atención plena.
Podemos decir que es un estado mental. Un tipo de atención que nos permite vivir el momento presente sin establecer juicios ni control y con una conciencia total del mismo», dicen los expertos de The Green Shelters.
En occidente, esta práctica budista con más de 2.500 años de antigüedad se depura de toda connotación religiosa y se imparte en los gimnasios y centros más punteros del momento. «Se trata de vivir la vida tal cual es sin filtros, de establecer una conexión contigo misma en lugar de estar con la radio que tenemos activada las 24 horas que es nuestra mente y no para nunca. Hay que simplificar las cosas y dejar atrás nuestra mochila con los miedos e inseguridades para tener una vida práctica sin sufrimientos. Llegar a ese estado parece muy fácil pero no lo es. El pasado activa nuestra mente y nos impide vivir la vida tal cual es. ¿Y cómo solucionamos esto? Meditar es como hacer deporte, cuando empiezas cuesta mucho pero poco a poco vas cogiendo forma, aumentas resistencia y tonificas la musculatura.
Entrenar la mente con la meditación es la manera de lograr la paz interior y con una práctica constante los beneficios llegan y, de verdad, te cambia la vida», afirma Raquel Jiménez propietaria del centro Bali Spirit Spa.
Paso a paso
Empezar a meditar es más sencillo de lo que parece. Y no necesitas rodearte de cojines de seda ni escuchar un estimulante gong de fondo «aunque el entorno ayuda y cuanto más idílico sea más fácilmente podremos lograr el objetivo de escucharnos a nosotros mismo», dice Raquel Jiménez. La pregunta es ¿por dónde empiezo? «Siempre recomiendo comenzar por un curso o taller guiado. Para los que se inician es imprescindible. El problema de hacerlo solo es que es muy fácil perderse porque la mente se activa muy fácilmente y eso es inevitable. ¿La consecuencia? Va a ser todo mucho más lento. De todos modos, meditar es un acto individual y enseguida podemos llevar a cabo la práctica solos. También hay apps con sesiones guiadas ideales para utilizar en cualquier momento y que están teniendo muchísimo éxito», explica Manel López, profesor de yoga en el Club Bonasport (bonasport.com).
Aquí y ahora
Encontrar unos minutos al día para estar contigo mismo es la mejor forma de empezar. «Busca un espacio tranquilo en el que no haya mucho ruido y siéntate en una postura cómoda para que la energía fluya, siempre con la
espalda recta y las rodillas a la misma altura o por debajo se de las caderas.
Aunque digamos que es una postura cómoda al principio no lo es. De ahí que la mayoría de los ejercicios físicos del yoga nos preparen para lograrla. Hay muchas técnicas pero lo importante es concentrarse en un color, en un objeto, en un paisaje e intentar mantenerte ahí. No es nada fácil. La mente empieza a pensar y te boicotea. Pero es normal.
El camino que aconsejo es el de finalizar el pensamiento sin enredarte mucho en él: lo razona y lo apartas cuando se acaba. Es como entrenar el cuerpo: empiezas por 15 abdominales y poco a poco vas subiendo hasta ponerte en forma. La mente es igual. El primer día aguantarás cinco minutos pero poco a poco irás subiendo», aclara Manel López.
