(artículo escrito por SportLife con la colaboración de Andy Soucek)
El piloto Andy Soucek nos relata cómo entrena un piloto profesional
Llevo desde los 10 años compitiendo. En estos 22 años he ido adaptando mi forma de entrenar a las diferentes categorías en las que he participado. Cuando eres niño, tu cuerpo tiene una mayor capacidad de adaptación y en el karting bastaba con subirse al kart cada fin de semana para estar “en forma”.
A medida que fui subiendo de categoría, y empecé a experimentar las fuerzas G prolongadas en categorías como la Fórmula 3, me di cuenta de que tenía que realizar trabajos específicos en el gimnasio para de alguna manera, simular las fuerzas centrípetas.
Mucha gente piensa que nos subimos al coche de carreras con mucha frecuencia, pero no es así. Cada día de “test” en circuito, el equipo tiene que desplazar un arsenal de gente, dos camiones y los dos coches. Los costes son descomunales y no tenemos presupuestos ilimitados, por lo que los entrenamientos de pretemporada se limitan a unos 8 o 10 días desde noviembre hasta marzo.
Durante esos meses, aprovecho para subir cargas e intensidad de entreno físico y ponerme a punto de cara a la temporada de competición. Una vez empiezo con los viajes, la falta de rutina me obliga a pensar en mantener y al menos no perder lo que he ganado en invierno.
Durante mis 12 años de monoplazas he ido creciendo físicamente y adaptando mis rutinas de entrenamiento a cada categoría. Como piloto de carreras he sufrido desde muy pequeño fuertes impactos en la espalda y cervicales. Debido a ello, padezco de una protusión lumbar y acumulo mucha tensión en el cuello, escápula y paravertebrales. Los tratamientos con el fisioterapeuta son continuos y me parece fundamental “pasar por el taller” cada 15 días para una buena puesta a punto.
Si bien es cierto que antes entrenaba mucho la musculatura para poder soportar carreras de 45 minutos con mucha tensión y con monoplazas en los que el paso por curva es descomunal, desde que compito en GT, mi rutina ha cambiado. En la actualidad, compito en carreras de resistencia que duran en algunos casos 24 h. Comparto el coche con dos compañeros, pero hacemos ocho horas de carrera cada uno, y durante la carrera apenas pegas ojo y pasas por muchos momentos de tensión, nervios y adrenalina.
A una persona que no sepa mucho de motor le preguntas si el automovilismo es un deporte y lo podría poner en duda. La gente se piensa que, al ir sentados, el esfuerzo es mínimo, ¡qué equivocados están! Siempre he sostenido que un piloto (sea de coches o de motos), es uno de los deportistas más completos que existen. Dejadme que os lo explique. Un día me dio por ponerme un pulsómetro para monitorizar mi frecuencia cardiaca durante las diferentes fases de una carrera y estos son los datos:
Salida: 170 pulsaciones
Parada en boxes: 170 pulsaciones
Un incidente o adelantamiento arriesgado: 170 pulsaciones
Frecuencia cardiaca media de todo mi relevo: 150 pulsaciones.
En una prueba de esfuerzo que me hago todos los años para ver mis umbrales anaeróbicos, no suelo pasar de 176 pulsaciones en mi VO máximo…
Es decir, que llego en tres ocasiones casi a mi límite cardiaco y la media la tengo a un 90% de mi máximo esfuerzo. Nada mal para ir sentado.
Sumado a eso, en carreras como Malasia o Japón, sufrimos temperaturas dentro del cockpit de más de 60 grados, con humedades relativas del 90%. Recuerdo que en 2015 nos fuimos una semana antes de la competición a Sepang (Malasia) para aclimatarnos a las condiciones.
En Bentley, contamos con un entrenador, Barry, que, a sus 80 años de edad, corre y monta en bici casi todos los días, además de nadar en aguas abiertas desde hace 60 años, sin importarle las condiciones de calor o frío. Aún hace carreras de trail en montaña que duran 24 h y ha sido seleccionador británico del equipo de triatlón. Barry nos hace madrugar siempre que puede y ese día no iba a ser menos.
Las instrucciones eran claras: «Llevad una toalla y mucha, mucha agua para hidrataros». A las 7 de la mañana, salimos del hotel hacia la montaña e hicimos una caminata a buen ritmo durante cuatro horas. Nunca en mi vida había sudado tanto, se nos pegaba la camiseta al torso nada más empezar a subir y tuvimos que parar varias veces a estirar la musculatura para no sufrir calambres. Repito, íbamos caminando, ¡ni siquiera corríamos!
Tras esas horas agotadoras, ya bajando a la base donde nos esperaban los conductores, había un puesto en mitad de la montaña de una pareja de ancianos que vendían cocos. Creo que nunca beberé tanta agua de coco como la que bebí ese día. Imaginaros esos niveles de humedad y temperaturas de 60 grados en el cockpit y sumarle toda nuestra ropa ignífuga y el casco.
Cuando llegué a Barcelona hace ya tres años, buscaba un club dónde poder llevar a cabo todas las disciplinas que me resultan beneficiosas para complementar mis entrenamientos diarios. Le pregunté a mi amigo Luis Moya, que sin dudarlo me convenció para apuntarme al Club Bonasport. Siempre he dicho que somos de los deportistas más completos que existen porque debemos entrenar el tren superior para luchar con las fuerzas centrípetas y la resistencia del volante, pero también es muy importante tener un buen core y tren inferior.
Los arneses de seguridad de seis puntos nos sujetan bastante el torso, pero debemos mover las piernas para frenar y acelerar y mientras tanto girar el volante y sujetar el cuello. En cada frenada aplicamos 160 bares de presión sobre el pedal, lo que equivaldría a unos 90 kg en un press de pierna, por lo que es importante tener el glúteo y lumbar muy potentes para no fatigarse en seguida y sufrir tirones en carreras de larga duración.
Para conseguir un corazón más resistente, me encanta hacer ciclo indoor o salir a montar en bicicleta en exterior, sea de campo o carretera. Desde la puerta del gimnasio enseguida puedo coger la carretera de las Aiguas o la de la Rabassada, rutas que conectan con infinitas alternativas ideales para ciclistas. Me encanta la natación y utilizo la piscina exterior del Club cuando el tiempo lo permite, pero si no, hay una cubierta que también es una gozada. Me da pánico encontrarme con Luis Moya, que no tiene rival cuando se mete en el agua, pero es un gran motivador y siempre disfruto haciendo unos largos con él.
Entreno desde hace meses con José Expósito para mejorar mi rendimiento en alta intensidad. Sus clases de 29 minutos con su método XT29 son un complemento perfecto para entrenar en zonas de frecuencia altas, pero sin dejar de trabajar toda la musculatura de mi cuerpo.
Por último, creo que es fundamental disfrutar y divertirse mientras entrenas y el tenis ha sido mi pasión desde muy pequeño. Ahora que puedo y tengo algo más de tiempo doy clases de tenis todos los martes con Helmut Leyva y Eusebio Güell. Me sirven para desconectar, trabajar la velocidad de reacción y la movilidad, y a la vez disfruto de uno de mis deportes favoritos.
Además de todo esto, desde hace unos meses en el Club Bonasport disponemos de un simulador profesional de Simtechpro para pilotos, en el cual podemos entrenar antes de cada carrera en el circuito correspondiente. La tecnología ha avanzado tanto que a día de hoy existen simuladores que replican con bastante acierto las dinámicas de nuestros coches de carreras.
Cuentan con inputs reales de la adquisición de datos y los introducen en el sistema que, unido a unos circuitos muy logrados y una plataforma dinámica en movimiento, hace que casi sientas lo mismo que en tu coche de carreras. Si nos fijamos en la evolución de las diferentes disciplinas deportivas y tomamos como referencia los años 90 o 2000, nos daremos cuenta de dos cosas:
- La evolución de los deportistas, cada vez mejor preparados.
- La tremenda influencia de la revolución tecnológica y su influencia.
Por ejemplo, bicicletas de la época de Induráin eran un “hierro” comparadas con las de ahora, pasaron del aluminio al carbono y empezaron a hacer estudios biomecánicos, aerodinámicos y dinámicos para mejorar su eficiencia de pedalada. La calidad de sus entrenos y los datos con los que contaban eran limitados.
Hoy en día un ciclista profesional tiene medidas cuántas calorías ingiere y consume, sus rutinas de entreno son mas numéricas que de sensaciones y miden cada vatio para llegar a las grandes pruebas en un estado de forma óptimo.
Cada vez hay más conocimiento, mas información y profesionalización en las diferentes disciplinas deportivas. En el automovilismo, la mejora en la puesta a punto del cuerpo humano y la mente va acompañada de una mejora tecnológica en las máquinas que conducimos y es por eso que no dejamos de aprender, de improvisar, de mejorar y de trabajar en ser mejores pilotos, más completos.
Saber idiomas, cuidar tu imagen, conseguir patrocinadores, tener un buen perfil en redes sociales; son algunos de los requisitos que una marca tiene en cuenta a la hora de ficharte, independientemente de que seas un gran piloto y tengas mucho talento.
Nadie tiene la llave del éxito, pero estoy seguro de que, con trabajo, perseverancia, sacrificio, talento, humildad y ganas de aprender, uno tiene muchas probabilidades de triunfar en su deporte o en su vida laboral.